Bodegas Salentein se encuentra en Mendoza, una provincia argentina que es sinónimo de vino. La tierra en esta región es franco arenosa, y el clima seco, con días muy calurosos y noches muy frescas. La presencia de más de 900 bodegas y 145 mil hectáreas de viñedos explican por qué esta zona es el área vitivinícola más importante del país. Sin embargo, esta tierra todavía tiene mucho por decir. Así lo cree Bodegas Salentein, y obra en consecuencia, difundiendo a nivel internacional el surgimiento de bodegas de primera línea en la Argentina.
Una nueva visión de la calidad -con plantaciones de varietales clásicos, preservación de vides antiguas, re aplicación de técnicas artesanales europeas y la utilización de tecnología de avanzada- da como resultado vinos de nivel internacional.
Acerca de la bodega
La bodega está ubicada a una altura de 1.200 metros, justo en el centro de los viñedos. Más de 49 hectáreas de hábitat desértico autóctono fueron conservadas, y forman parte del paisaje cotidiano de la bodega. El horizonte occidental está dominado por los cercanos Andes nevados, que se elevan a más de 6.100 metros.
La magnífica bodega fue diseñada teniendo en cuenta dos aspectos: la forma y la función. La forma en cruz facilita un manejo cuidadoso de las uvas y del vino, al tiempo que permite reducir el camino que tanto las frutas como su producto recorren a lo largo de las distintas etapas de elaboración. Cada ala constituye en sí misma una pequeña bodega con dos niveles.
En el primero, tanques de acero inoxidable y cubas de roble francés posibilitan la fermentación y el almacenamiento. En el nivel subterráneo, en tanto, el vino es añejado en barricas de roble. Ambos pisos permiten que el líquido circule de los tanques a las barricas a través de un sistema tradicional de transferencia por gravedad.
Las cuatro alas convergen en una cámara central circular, similar a un anfiteatro, construida con los templos clásicos de la antigüedad como inspiración.
La Cava
Las bodegas subterráneas se encuentran a nueve metros bajo tierra y a una temperatura constante de 12°C, y con una humedad ambiente del 80 %. El vino se añeja en pequeñas barricas de roble francés de 225 litros cada una. En total, este nivel alberga 5.000 barricas. Otra característica de la cava es su piso de piedra. Visto desde el nivel superior, el piso de la cámara central muestra un importante diseño, de fuerte contenido simbólico: se basa en la rosa de los vientos, con cada una de sus puntas orientadas hacia los puntos cardinales. De esta manera, representa su relación con el resto del mundo. Para la construcción de este suelo se emplearon piedras naturales de la región de Cuyo, entre las que figuran arenisca cuarcita amarilla, clorita verde tipo esquisto y arenisca limonita colorada.
Viñedos
Las fincas de Bodegas Salentein se alzan en las elevadas laderas que se encuentran al pie de los antiguos y nevados Andes. La región se extiende en la provincia argentina de Mendoza, en una zona conocida como Valle de Uco. Las características del emplazamiento —su importante elevación, suelos aluvionales, días soleados y noches frescas— ofrecen un microclima ideal para el cultivo de la vid y para el desarrollo de uvas Malbec de la más alta calidad.
Sus fincas son:
El Oasis
Ubicada entre los 1.050 y 1.200 metros, esta finca es la de menor altura de las tres. Posee la estación de cultivo más prolongada. Su nombre significa «el paso entre las montañas».
La Pampa
Es la finca intermedia. Se encuentra a 1.200 | 1.300 metros de altura. La característica natural clave de esta finca es su suelo aluvional, de entre 30 y 40 centímetros de profundidad.
San Pablo
Es la finca más elevada de las tres, ubicada a 1.700 metros de altura. Su historia vitivinícola se remonta al siglo XVII, cuando formaba parte de la estancia De Arriba, propiedad de la Sociedad de Jesús. Aún hoy se conservan ruinas de un casco histórico de esta época, llamado «Casa Grande».
Terroir
Las tres fincas se ubican entre los 1.050 y 1.700 metros de altura en el Valle de Uco. En la finca San Pablo se encuentran los viñedos más altos de la provincia, y algunos de los más altos del mundo. La gran altitud de las fincas presenta dos ventajas centrales: el agua y las temperaturas.
El clima de las fincas es continental y monzónico, es decir, seco y soleado, prácticamente todos los días del año. Los niveles anuales de precipitaciones son bajos: 204 milímetros en promedio, principalmente en verano. Suele nevar en promedio tres veces por año, en invierno. Este clima hace que las uvas crezcan sanas, y evita que necesiten tratamientos para enfermedades ocasionadas por la humedad o los insectos.
Del mismo modo, la amplitud térmica de la región —que alcanza los 16°C— colabora con la sanidad de las plantas. Las investigaciones demuestran que una amplitud mayor a 13°C, con temperaturas máximas inferiores a los 26°, puede producir más taninos y hollejo más grueso, lo que, a su vez, genera frutas con más color y aroma.
Las fincas de Bodegas Salentein son regadas con agua pura del deshielo de los Andes, proveniente directamente de los arroyos o de las napas que se encuentran debajo de los viñedos. La claridad y pureza del agua produce un pH bajo en la uva, una mayor acidez y vinos con más color y potencialidad de guarda.
Los suelos de las tres fincas varían, pero en general son aluvionales, arenosos y están ubicados sobre un lecho de piedras. Estas características facilitan la permeabilidad y el drenaje. Estos factores permiten que, a través de un riego regulado, se pueda controlar tanto el vigor de la vid como la calidad de la uva.